Por medio del tratamiento plasma, las moléculas de oxígeno reaccionan con los contaminantes orgánicos y los óxidos, convirtiéndolos en compuestos gaseosos como agua y dióxido de carbono y eliminándolos de la superficie. Además de limpiar, el tratamiento plasma mejora las características y la calidad de la superficie y la prepara para su posterior procesamiento: soldadura, unión, pintura, deposición de adhesivos y otros revestimientos.
El tratamiento plasma tiene aplicaciones en diversos sectores, come el aeroespacial, el automovilístico, el electrónico y el médico, y puede utilizarse en una amplia gama de metales:
- Acero
- Aluminio
- Aleaciones esoeciales
- Cobre
El plasma permite evitar el uso de productos químicos, disolventes o abrasivos, sustancias que contaminan la atmósfera y pueden dañar la superficie y producir residuos que hay que eliminar.
Durante el laminado del acero, se forman óxidos de hierro en la superficie que pueden disminuir la calidad del material y afectar a sus propiedades, lo que comprometería la soldadura o la pintura posteriores.
Ejemplos de materiales metálicos para los que el tratamiento plasma es especialmente adecuado
- Eliminación de óxidos de hierro y contaminantes de chapas finas de acero y acero inoxidable.
- Eliminación de polvo y partículas lubricantes de barras metálicas.
- Eliminación del óxido de aluminio de aleaciones de aluminio.
- Tratamiento de alambres de aluminio o cobre después del laminado.
- Limpieza de tubos y perfiles metálicos.
- Mejora de la calidad de las superficies para aplicaciones de soldadura.
El tratamiento plasma es una tecnología muy precisa y versátil que permite limpiar superficies pequeñas sin afectar a otras zonas. Esta característica permite tratar componentes con formas complejas, superficies delicadas, como las utilizadas en la industria electrónica y superficies finas, como hilos de cobre o aluminio, para optimizar la condouctividad eléctrica.
El sistema también puede integrarse directamente en la línea antes del tratamiento posterior y permite trabajar con el material de inmediato para garantizar la máxima adherencia.
En caso de contaminación importante, es aconsejable utilizar otras técnicas de limpieza, como productos desengrasantes, tratamientos con vapor o decapado químico.